Empiezan a girar muchas noticias desde la llegada de U2 a México, una de ellas el festejo en el restaurante Pujol para la comida del cumple número 51 del queridísimo Bono, quien dando ejemplo de humildad y buena vibra compartió con fans y prensa una botellita de Don Perignon.
Pero hoy cual fan me confieso aplique lo que jamás imaginaría; ir a buscarlos al hotel donde están hospedados, llegando bastante tarde la Greñax y yo pensamos que no alcanzaríamos a verlos, pero la hermosa sorpresa de toparnos con cientos de seguidores a la entrada nos hizo reanimar el espíritu de amantes de U2. Corrieron muchas horas bajo el rayo de sol entre empujones y gente demasiado alta, compartiendo entre nosotros diversas anécdotas de conciertos y de vez en cuando dejando salir el coro de alguna de sus canciones, aunque es de sorprenderse que realmente no había mucho ruido entre tanto tumulto.
Así paso el tiempo sintiendo en el estómago algo muy parecido al Vértigo que produce estar en el punto más alto esperando el descenso más eufórico de mi vida, si así de repente la gente empezó a verse más y más junta y entre llantos, empujones y jaloneos vimos cerca pero no aún tanto al adorado Bono, quien después de una riña entre reportero y fan tuvo que abordar su camioneta, pero si quedaba el también afamado The Edge quien siguió en plena firma de autógrafos dando el espectáculo de humanidad que los caracteriza y así siii lo conseguimos una pequeña pero invaluable firma y si casi casi logrando que firmará la guitarra de Greñax de no ser porque le dí un pequeño golpe a su guarura esto hubiera sido un hecho.
Y bueno como siempre hay un broche de oro fue el ver pasar muuuy de cerca la camioneta que llevaba a Bono rumbo al primer concierto en el Azteca quien a plena ventana abierta iba saludándonos y así la emoción bajo de nivel pero el recuerdo y las ansias de ya estar viéndolos tocar aumentan.
SMasH News, Nota por Pelusa, Foto por GreñaX
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